La educación y los diferentes métodos docentes evolucionan cada día para adaptarse a los nuevos tiempos. Los encerados tradicionales han dejado paso a las pizarras digitales, las tablets han conseguido disminuir el peso de las mochilas de los niños, sustituyendo a los cuadernos y libros de toda la vida, pero, ¿qué ocurre con las técnicas de evaluación docente? Los exámenes y las múltiples pruebas de evaluación continua siguen siendo una de las herramientas más escogidas, aunque éstos también han evolucionado en contenido y formato.
La verdadera revolución en este sentido, ha llegado de la mano de las rúbricas de evaluación, una simple tabla que marca un antes y un después en el proceso de evaluación y autoevaluación de los alumnos. A continuación, vamos a contarte todo lo que debes saber acerca de esta útil e ingeniosa herramienta educativa.
Qué es una rúbrica de evaluación
La invención de las rúbricas de evaluación llega motivada por la necesidad de los alumnos de contar con unas pautas de evaluación a través de las cuales, poder conocer de qué manera se medirá su rendimiento en cada una de las competencias que componen el grueso del proyecto.
La rúbrica divide el proyecto o competencia en distintas tareas y contenidos más simples, ofreciendo una visión detallada y sencilla al estudiante de cuáles serán los criterios de evaluación de cada una de ellos.
Para que sean efectivas, las rúbricas de evaluación deben entregarse al alumnado en el instante de arranque del proyecto en cuestión. Así, los estudiantes serán partícipes de su propio aprendizaje, conociendo desde un primer momento en qué tareas deben fijar su atención, cómo se evaluará cada una de ellas y cuál es el nivel que el docente espera que alcancen.
Cómo está formada una rúbrica de evaluación
Antes de explicar cómo crear una rúbrica de evaluación, nos centraremos en cada una de las partes que las forman para que después, sea mucho más sencillo entender cómo elaborarlas.
Las rúbricas de evaluación están formadas por dos componentes principales:
Las escalas de clasificación: También llamadas niveles de logro, ofrecen un escalado del grado de consecución de la meta de aprendizaje. Pueden ser sistemas de puntuación convencionales a través de números, o expresar la medición mediante distintos niveles predeterminados, por ejemplo: excelente, satisfactorio, regular y deficiente.
Los criterios de evaluación docente: Indican qué conocimientos y tareas deben ser desarrollados por los estudiantes para obtener una evaluación positiva. Dichos contenidos deben reunir los conceptos más importantes de la materia o proyecto en relación a sus objetivos de aprendizaje.
Cómo se elabora una rúbrica de evaluación
Ya tenemos claros cuáles son los elementos que forman una rúbrica de evaluación. A continuación, procederemos a explicar cómo elaborarlas.
En lo que al formato se refiere, puedes optar por utilizar un documento de Word o una tabla de Excel convencional. Aunque hoy en día, existen diferentes portales web como Megaprofe, que utilizan la inteligencia artificial para ayudar al profesorado en la elaboración de este tipo de materiales de manera más rápida y efectiva.
¿Ya tienes claros cuáles son los objetivos de aprendizaje que marcarán los criterios de evaluación de la materia? Elabora un listado reuniéndolos todos. Cada uno de ellos, formará una fila de tu rúbrica de aprendizaje.
Posteriormente, elige cuáles serán los niveles de logro que deseas utilizar. Recuerda que puedes optar por la típica escala del 1 al 5 o crear tú mismo tus propias escalas de logro, escogiendo los términos que definirán cada uno de los niveles. Éstos se distribuirán en las columnas de la tabla de manera descendente (desde lo que tradicionalmente sería la matrícula de honor al aprobado).
Una vez especificados todos los niveles, utiliza la última columna para expresar el peso o importancia de la consecución de cada uno de los objetivos de aprendizaje en relación a la evaluación final.
Por último, rellena las casillas resultantes entre los objetivos y los niveles de evaluación, indicando las destrezas, tareas y conocimientos que serán necesarios para alcanzar cada nivel, respecto a cada objetivo.
¿Todavía te quedan dudas acerca de cómo crear una rúbrica de evaluación? No te preocupes, con el siguiente ejemplo, seguro que todo queda mucho más claro.
Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras. Por ejemplo, esta rúbrica ha sido generada con MegaProfe. Para ello simplemente rellenamos unos campos de forma sencilla, ¡y listo!
Ejemplo de rúbrica de evaluación
En este vídeo de ejemplo de rúbrica de evaluación creado con Megaprofe sobre las causas de la Segunda Guerra Mundial para una presentación oral, podrás observar claramente cómo se colocan los objetivos y niveles de aprendizaje y dónde se sitúan las explicaciones pertinentes para mostrar a los alumnos cómo alcanzar cada uno de los niveles respecto a cada contenido:
Como puedes observar, las rúbricas de aprendizaje son un método muy efectivo a la hora de hacer partícipes a los estudiantes de su propia evaluación, especificando de forma clara y concisa los aspectos en los que deben centrar su atención para conseguir las metas de cada proyecto.
Incorpóralas en tus clases y conseguirás optimizar los procesos de aprendizaje de tus alumnos, ayudándoles a entender qué conocimientos y destrezas son los más importantes en tus materias.