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El contrato social en el aula para usar la IA generativa

¿Te preguntas cómo la Inteligencia Artificial (IA) generativa podría revolucionar la manera en que enseñamos y aprendemos? Para lograr esa revolución será necesario fomentar el contrato social en el aula para usar la IA generativa.

En una era donde la tecnología avanza a pasos agigantados, es crucial establecer diálogos constructivos entre profesores y alumnos para definir juntos cómo, cuándo y por qué usar la IA en el aula.

Hoy te invitamos a explorar el concepto del contrato social aplicado a la educación, una herramienta clave para navegar por los desafíos éticos y morales que presenta la implementación de la IA generativa en nuestros procesos educativos.

Qué es el contrato social y por qué es necesario crearlo en el aula

En el año 2021 la UNESCO publicó un informe que llevaba por título “Reimaginar nuestro futuro: un nuevo contrato social para la educación“. Puedes encontrar un enlace a su resumen aquí.

Un contrato social en el aula no es más que un acuerdo colectivo, consensuado entre profesores y alumnos, que establece las normas para el uso ético y responsable de herramientas como la IA generativa. El contrato social en el aula para usar la IA generativa va a volverse indispensable en un contexto educativo moderno, donde la tecnología tiene el potencial tanto de enriquecer el aprendizaje como de plantear dilemas éticos importantes.

Fomentar este diálogo en el aula es necesario porque sienta las bases del pensamiento crítico, apela a la responsabilidad de todos los miembros de la clase (profesores y alumnos) y genera un marco de trabajo donde se cultiva la comunicación y transparencia entre todos los participantes.

Principios del contrato social entre profesores y alumnos

Para que este contrato social sea efectivo, debe fundamentarse en principios como el respeto mutuo, la inclusión y la diversidad. Veamos cada uno de estos aspectos:

Respeto mutuo

Se refiere a la consideración y valoración de las opiniones, sentimientos y derechos de todos los participantes tanto durante el uso de la IA generativa, como asegurando que la generación que nos ofrece esta tecnología también cumple con este principio. El respeto mutuo implica que tanto profesores como alumnos deben usar la IA de manera que no se menoscabe la dignidad ni se infrinjan los derechos de los demás.

Ejemplo de mal uso: crear contenido personalizado que ridiculice o denigre a un miembro del aula, como generar imágenes o textos que se burlen de las características físicas, culturales o de rendimiento de un estudiante o profesor sería una violación clara del principio de respeto mutuo, además podría tener un impacto negativo importante en el ambiente de aprendizaje y bienestar emocional de los involucrados.

Inclusión

Hablamos de asegurar que todos los estudiantes tengan igual acceso y oportunidades para beneficiarse del uso de la IA generativa en el aula, independientemente de sus capacidades, antecedentes o necesidades educativas. Es esencial que las actividades propuestas sean accesibles para todos y promuevan la participación plena y efectiva.

Ejemplo de mal uso: utilizar una aplicación de IA generativa que solo esté disponible en un idioma que no todos los estudiantes comprendan o que requiera habilidades técnicas específicas sin ofrecer el apoyo necesario para aquellos que no las posean. Esto puede excluir a estudiantes no nativos del idioma o a aquellos con limitaciones en habilidades digitales, impidiéndoles participar plenamente en la actividad educativa.

Atención a la diversidad

En este caso nos centramos en reconocer, valorar y responder a las diferencias individuales y grupales en el entorno educativo. Al aplicar la IA generativa, es crucial considerar cómo las herramientas y contenidos pueden afectar o reflejar diversas perspectivas y experiencias.

Ejemplo de mal uso: Sería problemático emplear IA generativa para crear contenidos o materiales didácticos que perpetúen estereotipos o prejuicios sobre ciertos grupos sociales, culturales o étnicos. Un ejemplo concreto sería el uso de sistemas de IA para generar ejemplos históricos o literarios que excluyan sistemáticamente las contribuciones de mujeres, personas de color o comunidades LGTBIQ+. Esto no solo atentaría contra la atención a la diversidad, sino que también limitaría la capacidad de los estudiantes para aprender desde una perspectiva amplia y representativa.

Cómo implementar el contrato social en el aula para implementar la IA generativa

Introducir un contrato social para el uso de la IA en el aula requiere diálogo y participación activa por parte de todos los implicados, pero el docente como adulto y responsable del aula tiene un papel muy relevante en coordinar los esfuerzos para lograr un acuerdo entre todos los integrantes del aula.

Discutir qué aplicaciones de IA son adecuadas para determinados proyectos en el aula, establecer límites claros sobre cuándo y cómo deben utilizarse las distintas aplicaciones de IA generativa o determinar cómo los alumnos deben referenciar y citar el uso y resultados obtenidos a través de IA generativa son algunos de los aspectos que debe considerar.

Esta discusión tiene siempre mantener una premisa muy clara: hemos de ser capaces siempre de poder justificar y razonar el por qué del uso de la IA generativa, asegurando que su aplicación siempre persiga el objetivo de mejorar el aprendizaje y fomentar el desarrollo de habilidades críticas y creativas en los estudiantes.

Beneficios de alcanzar un contrato social sobre el uso de la IA en el aula

Adoptar un contrato social en el aula trae consigo numerosos beneficios. No solo facilita un uso más ético y consciente de la IA, sino que también promueve un ambiente de aprendizaje más inclusivo y respetuoso. Además, al fomentar el diálogo y el consenso, se estimula el pensamiento crítico de los alumnos y se les prepara para enfrentar los retos éticos que la tecnología puede presentar en el futuro.

Por otro lado, gracias al contrato social que alcanzaremos en el aula, el diálogo sobre el uso de la IA no se centrará únicamente en la relación entre profesores y alumnos, sino también entre los propios alumnos, apelando a un uso responsable y respetuoso entre compañeros de clase.

Conclusión

El contrato social en el aula para usar la IA generativa es una herramienta clave para guiar el uso responsable de la IA generativa en la educación. Al fomentar un diálogo abierto y constructivo entre profesores y alumnos, podemos asegurar que la tecnología sirva como un catalizador para un aprendizaje más rico, ético y diverso. Te animo a considerar la implementación de este contrato en tu aula, como un paso hacia la creación de un entorno educativo que no solo respete los valores éticos y morales, sino que también aproveche al máximo las oportunidades que la tecnología moderna tiene para ofrecer.

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